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jueves, 8 de mayo de 2014

Pasos a seguir para decir adiós.

Dicen que la vida no se vive de una manera organizada. No nacemos con una receta en la mano donde tenemos los pasos a seguir para vivirla. Cuando alguien que queremos o que nos importa ya no esta en nuestra vida y nos duele su ausencia, no encontramos respuestas ni sabemos lo que debemos hacer, o como deberíamos reaccionar ante la falta de una presencia que conformaba nuestra presencia también...
Hay un interrogante al cual nadie le encontró respuestas... ¿Hay vida después de la muerte? Filósofos, científicos, o simplemente personas día a día se cuestionan sobre este tema. No es fácil de responder. Nadie tuvo la oportunidad de morir y volver para contarnos lo que vió, lo que es. Si realmente no hay nada, si es un mundo oscuro y vacío, donde todo se termina. O si realmente vale la pena vivir si la muerte es mucho mejor y ciertamente se goza de una paz eterna. Nadie está enterado, todos viven con este "misterio" que es la vida misma en toda su magnitud.
En esta temática nos encontramos con algo muy cuestionado por su existencia, pero a la vez, es algo que nos mantiene con vida todos los días. Ese "algo" es la esperanza. Creo que una persona sin esperanzas, es una persona muerta. No existe la vida sin esperanza. Siempre estamos esperando algo; de los demás, de nosotros mismos, del entorno, de la felicidad, de las experiencias. Todos estamos vivos porque esperamos por algo más, porque vivimos por una razón. Porque esperamos al destino, al futuro. Porque queremos enterarnos que va a ser de nosotros. Porque queremos saber como acaba la historia. Porque sabemos que la primera regla a cumplirse es "vivir"... Pero ¿Vivir para qué? ¿Para subsistir? ¿Para morir? ¿Para aprender? ¿Por qué vivimos? o mejor dicho: ¿Para qué vivimos? Son interrogantes que se presentan cada vez que tocamos el tema de la vida. Si la vida no sería un misterio, no existiría la esperanza y sin la esperanza, no existiría la vida.
Partiendo de esta estructura, podemos entender que cuando nos toca decir adiós a alguien, puede llegar a ser menos doloroso. Existen intrucciones, las inventé para no llenarme de bronca. Las hice porque yo elijo vivir mi vida bien, porque yo elijo tener esperanza y elijo, frente a todo, aprender a no tenerle odio a lo que pasa, porque todo pasa por algo. 
Estos son los pasos para decir adiós:

1er Paso a seguir para decir adiós: Ese "alguien" que le daba un motivo más a nuestras vidas y a nuestra esperanza, se fue. Le tocó partir. Le tocó descubrir al fin, el gran misterio de la vida, para bien o para mal... Y nos imaginamos o nos recordamos en esa situación, nos llenamos de bronca, de odio. Nos enojamos con todos y con nosotros mismos por no haber hecho más. Por no poder hacer nada. Por no poder devolverle la respiración. Por no poder devolverle el brillo de sus ojos. Y su voz de repente se va de nuestra mente, y nos encontramos solos, y lo peor, sin respuestas. En este caso, hay que simplemente entender. El ser humano es el único animal que razona (aunque no el único que siente). Y como tenemos en nuestro poder el razonamiento, podemos darnos una respuesta y pueden ser distintas. "Porque eso es lo único que acabaría con el sufrimiento" "Porque somos seres finitos, tenemos un principio y un final" o simplemente "Porque así las cosas tienen que ser, es la ley de la vida". Lo único que necesitamos es sentirnos satisfechos con lo que opinamos. Defender nuestra idea de por qué las cosas suceden, es lo primero que tenemos que aprender como personas. No dejar que nadie domine nuestra mente ni nuestra alma. Pensamos y actuamos en función de lo que somos, lo que traemos inhatamente y lo que construimos y vamos a seguir construyendo.

2do Paso a seguir para decir adiós: Cuando al fin encontremos nuestra respuesta, tratar de no transformarla en negativa. Ya que la muerte no es algo negativo, porque se supone que tenemos esperanza y la esperanza es vista como algo bueno. ¿Por qué la muerte tiene que ser triste? ¿Por qué a veces nos preocupa más la falta que nos hace a nosotros ese alguien, que ese alguien mismo? ¿Por qué hay que basarse en el egoísmo? La forma en que canalicemos la ausencia habla de lo que somos y de lo que era ese ser para nosotros. No somos perfectos, podemos mil veces caer en el medio de miles de preguntas, de la bronca y de la duda. Pero hay que salir de ese poso y de una vez por todas mirar la luz, y no perder lo más importante, que es la esperanza y el sentido de la vida.

3er Paso a seguir para decir adiós: "Actuar para y en ejemplo de..." De los recuerdos, de los buenos momentos, de ese mismo alguien que tanto extrañamos y queremos ver. Quizás no solamente se trata de no ser egoístas, si no también se trata de mantenernos psicologicamente estables, que es lo que no todos pueden lograr. Llega a haber personas que se estancan tanto, que ya no encuentran el sentido de la vida o mejor dicho: no les importa. Y es importante pensar que siempre tiene sentido que estemos en este mundo, porque este mundo sin nosotros no sería igual. Todos venimos por algo y todos tenemos misiones que cumplir. Es por eso, que por nosotros, y por los recuerdos de aquella persona, tenemos que estar agradecidos con la vida todos los días, con nuestras oportunidades y nuestras luchas. Con nuestros problemas y nuestra paz. Con nuestros buenos y malos momentos.

4to Paso a seguir para decir adiós: JAMÁS DECIR ADIÓS... Es simplemente un "hasta luego". La esperanza nos permite imaginarnos un futuro, fuera de la vida, el cual nace del actuar para y en ejemplo de esa persona. Si somos capaces de extrañar, también somos capaces de esperar, de creer, hasta de saber. Muy dentro de cada persona se esconde su fé, su espiritualidad. Esa fé los empuja a hacer cosas simplemente por que sí. Nadie nos dice si volveremos a ver a los que se fueron, pero los esperamos, inconcientemente, para verlos cuando a nosotros también nos toque partir...
Y entonces, volviendo a la estructura anterior, podríamos decir que si las cosas malas no pasaran no habría fé, sin la fé no habría esperanza, y como dijimos anteriormente, sin esperanza, no habría vida.

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