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martes, 22 de octubre de 2013

Ignorancia.

No me gusta lo que pasa a mi alrededor. Pero ¿qué se puede hacer para cambiarlo? Es duro cuando vemos a personas que sufren por algo. Personas sin salud, sin un lugar para vivir, sin tener los mismos derechos que nosotros... Y están ahí, y mirarlos nos molesta porque nos sentimos inútiles, sentimos que no podemos hacer nada al respecto para ayudarlos. Es todo tan difícil cuando se trata de la realidad.
Más allá de todo esto, tenemos que pensar que sólo conocemos una realidad, una parte de la absoluta. No sabemos cuántas cosas más, cuántas realidades peores o mejores hay.
¿Qué pasaría si tomaramos un fragmento de la realidad en la que vivimos? ¿Son más los que viven bien que los que viven mal? ¿Qué es vivir bien y qué es vivir mal? ¿Quién vive mejor: una persona multimillonaria, que jamás conoció el amor o una persona sin hogar, que conoce perfectamente lo que es sufrir a diario por que quiere algo mejor para sus hijos? ¿Cuál es el peor sufrimiento? Si todos sufrimos ¿quién dice qué es más y quién dice que es menos? Tantos interrogantes y tan pocas
certezas...
Cuando nos afecta algo, queremos que alguien lo note, que alguien venga y nos tienda la mano. Que alguien escuche lo que tenemos para decir, que alguien escuche nuestro grito interior. Que alguien se preocupe por lo que nos pasa y con su ayuda poder sentirnos mejor. Todos en el fondo queremos eso, ayuda. Pero cuando nos toca ayudar a nosotros, cuando vemos a alguien mal quizás es más fácil ignorarlos, no esforzarnos por ver si podemos solucionar algo, sólo importa lo que nosotros sentimos...
Es fácil echar culpas al viento  y que caigan en alguien. Es fácil mirar para otro lado. Es demasiado simple ignorar. Y ese es nuestro gran problema, elegir el camino fácil, pensar que esta
mos solos, que sólo nos importe lo que pase con nosotros mismos. A veces hay que mirar al de al lado, y tratar de estar en sus zapatos; tratar de ponernos en su lugar o por lo menos intentar entender su camino recorrido, lo que tuvo que pasar para llegar a donde está.
Si sólo entendieramos, que mientras todos dicen: "¿Para qué? Si nadie lo hace" Hay una sola persona que quiere intentar cambiar algo, lo que sea: una gran ayuda salvando la vida de una persona o simplemente tirar un envoltorio de un caramelo en un cesto de basura pensando en no seguir contaminando la tierra. Nadie entiende el mal que hace si pone su voluntad en la mayoría, si no piensa que una minoría está cansada de vivir ignorando, que está decidida en ayudar, en que por lo menos pueda terminar con un solo sufrimiento, y por supuesto, el peor: La ignorancia.

lunes, 7 de octubre de 2013

¿El amor dura para siempre?

Creo que cuando uno encuentra el amor, encuentra la parte que nunca conoció de sí mismo. Cuando uno encuentra realmente a la persona que lo hace feliz de todas las maneras posibles, es cuando más tranquilidad encuentra consigo mismo. Cuando una persona se enamora, todos sus miedos se van... Todos menos uno.
El miedo de perder a la persona que tanto queremos a nuestro lado. Ese miedo de realmente el amor no dure para siempre, que todo de alguna forma u otra termine. Es duro imaginarnos la vida sin la persona que amamos. Es difícil imaginarnos siguiendo nuestras vidas normalmente sin su presencia... 
Hay personas que hacen lo posible por alejarse totalmente de los problemas que puedan terminar con su relación, tanto que hasta dejan que los lastimen, dejan que las cosas simplemente pasen, esas cosas que normalmente arruinarían una relación, pero lo hacen simplemente porque no quieren perder a esa persona, porque sienten un amor inmenso, y por supuesto, la idea fija de que la otra persona va a cambiar, se va a dar cuenta de sus errores, y todo va a volver a estar bien. Y francamente, pensar eso es un gran problema. Nadie que nos ama nos lastimaría. Creo, también, como un pensamiento propio, que ninguna persona deja de ser como es. Si una persona comete un error, es porque en algún momento, pensó que eso estaría bien, es porque en un momento, por lo menos en un segundo, no le importó la relación, no se puso en la mente ni en el corazón del otro. O simplemente, esa es su forma de amar; no saber respetar, valorar ni demostrar... 
Una persona que verdaderamente ama, está con nosotros pese a todo. Una persona que realmente está enamorada, jamás lastimaría, ni sería infiel, ni mucho menos sentiría deseos de estar con otra persona. Y es por eso que cuesta, y mucho encontrar una persona que sienta eso. Pero... ¿Qué pasa cuando lo encontramos? ¿Qué pasa cuando nos demuestran que todo va bien? Estamos ahí, mirando a esa persona, mientras de repente, sentimos algo dentro nuestro. Nos sentimos tristes por un segundo. Porque pensamos... ¿Cómo se vive sin esa sonrisa? ¿Cómo seguiría mi vida sin sentirme tan feliz como ahora? ¿Qué pasa si esto alguna vez se termina?.
Y de nuevo volvemos a la pregunta: ¿El amor dura para siempre? Sentir este miedo, esta intranquilidad, nos hace hacer cosas para jamás llegar a eso, para que la relación siga intacta. ¿Se puede? ¿La relación sigue intacta después de meses, años? Algunas, muy pocas. Solamente los que se aman más allá de todas las dificultades que puedan atravesarse en el camino. Aquellos que sólo se preocupan por conquistar día a día a la persona que ya tienen a su lado. Aquellos que tienen la paciencia, la madurez y el amor para ponerse los zapatos del otro, apoyarlos hasta en los peores momentos y jamás olvidarse de que ahora son dos, que son un equipo y tienen que luchar por llegar a la meta, juntos. A todos nos gustaría que las cosas fueran así, pero lo vemos lejos. Sin pensar que si se le pone voluntad, y realmente amamos a esa persona tanto como para estar dispuestos a pasar toda una vida juntos, se puede. Y sí, realmente, en esos pocos casos, el amor dura para toda la vida...