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lunes, 2 de diciembre de 2013

Esperanza.

A veces, tan sólo algunas veces cuando el silencio es el mayor ruido, cuando la única compañía es la soledad misma y cuando abundan esos ratos de incertidumbre, busco encontrarte: En el viento, en la luz que entra por la ventana, en esos pequeños espacios donde me reconforto...
Y te necesito, no sé si sabes cuánto, pero te necesito. Y tanto que hasta a veces pienso que la necesidad es el mayor signo de esperanza. Saber que quizás, en algún lugar, me enviarás un mensaje, una señal, algo que me mantenga con fuerzas para no necesitar encontrarte. Algo que me dé motivos de sobra para entenderlo todo y no implorar señales.  
Pero eso quiero, busco encontrarte y tenerte. Busco verte y cambiar el destino que nos separó por tanto tiempo. Quiero alcanzar al tiempo, ir hasta la última vez que te vi, y ahí detenerlo por siempre. Quiero subirme al primer tren que me lleve hasta donde estás. Quiero hacer hasta lo imposible por vencer todo lo que haya por vencer y ganar todo lo que la vida me hizo perder.
En esos momentos de desesperanza te pienso, te pienso con la mayor energía. Te pienso cerca y lejos. Cierro los ojos y trato de recordar palabras, momentos, gestos. Deseo que aparezcas, pero sólo veo lo que está a mi alrededor. Sólo siento frío y ganas de llorar. Sólo siento debilidad ante la vida, ante las situaciones, ante la gente indiferente que no entiende o no quiere entender.
Y te veo venir, te vas acercando. Guardo el miedo en un cajón y trato de no escapar, de no irme de ese momento. Y yo me quedo parada, viendo como te acercas. Te acercas tanto, que se me nubla la vista, no veo tu cara. Trato de caminar hacia donde estás, pero cada vez es más dificil. Mis pasos pierden firmeza y siento que me caigo. No veo nada, pero ya no te siento cerca. Lo único que veo es que se alumbra tu mano mientras se aleja de la mía que estaba extendida para agarrar la tuya... Mi mano queda sola en el aire, ya no puedo ver nada, es todo oscuridad.Y me veo otra vez sola. ¿Por qué te fuiste si prometiste estar siempre? ¿Por qué ya no puedo verte ni sentirte? Y ahi caigo de nuevo, siento sólo vacío y un frío que recorre mi cuerpo. 
Y cuando de nuevo caigo, es cuando vuelvo a sentir esa necesidad, esa gran impotencia de no poder hacer nada ya. De querer traerte a mi lado y que cada intento por desearlo, falle en una gran desepción por saber que jamás volveré a verte. Que jamás la niebla me permitirá ver tu cara, que jamás los ruidos que me vuelven sorda me dejarán escuchar tu voz. Todo intento es en vano y siento que nada tiene sentido pero luego... luego todo empieza de nuevo.
Cuando el silencio es el mayor ruido, cuando la única compañía es la soledad y cuando abundan esos ratos de incertidumbre, busco encontrarte. Y apareces como el sol para avisar que llegó otro día. Apareces como una sonrisa justo después de que cae la última lágrima. Apareces como la primavera para avisar que el invierno pasó, que puedo abrir los ojos y olvidarme del frío que sentí, de todas las tristezas, de todos los males. Vuelves para hacerme sentir de nuevo. Vuelves pero no para quedarte, sino para darme la esperanza de que la próxima vez si te quedarás.

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